La ulterior es una publicación invitada de Andrea Berry, directora de expansión comercial de Theta.
En el resplandeciente mundo de Hollywood, la convergencia de la innovación tecnológica y la imaginación creativa ha sido un principio fundamental desde sus inicios. La industria, conocida por cautivar a las audiencias de todo el mundo, ha evolucionado progresivamente: desde el cine afásico al sonoro, desde el blanco y desafortunado al color, y ahora, desde el ámbito físico al digital.
Mientras nos encontramos en la cúspide de otra desarrollo significativa, Web3 presenta una novedad tecnológica y un cambio fundamental en la forma en que creamos, distribuimos y consumimos contenido. Este cambio no ofrece simplemente otra utensilio para que Hollywood ejerza su representación constante de cautivar y entretener. Aun así, desafía las jerarquías y las estructuras de control en las que se ha basado la industria durante décadas.
Es cierto que adoptar Web3 es una tarea compleja y las implicaciones son amplias y multifacéticas. Pero el pasado histórico de Hollywood es un declaración de su capacidad para adaptarse, innovar y prosperar en medio del cambio. A medida que se acelera la revolución digital y crece la demanda de contenido más inclusivo, diverso e interactivo, la promesa de Web3 podría ser el próximo gran éxito de taquilla en la historia de Hollywood.
En este contexto, la pregunta no es si Hollywood está dispuesto para dar la bienvenida a Web3, sino más acertadamente, ¿puede darse el pompa de no hacerlo?
Un nuevo maniquí de negocio
La industria de Hollywood se ha contrario en aguas turbulentas. Los modelos de ingresos tradicionales se han trillado amenazados por varias fuentes: la venida de los servicios de transmisión, la fragmentación de la audiencia y las presiones económicas exacerbadas por la pandemia de COVID-19, solo por nombrar algunas. Estos desafíos han obligado a la industria a repensar su enfoque, pivotar y adaptarse para seguir siendo relevante y rentable.
Por lo común, Hollywood ha estado controlado por un puñado de potencias, que tenían la autoridad monopolio para dar luz verde a los proyectos, determinar su distribución y embolsarse la viejo parte de las ganancias.
La relación entre fans y creadores suele ser unidireccional. Los fanáticos son consumidores que reciben contenido de forma pasiva. Este maniquí centralizado dejó a muchos creadores talentosos e ideas innovadoras en el polvo, ya que los guardianes se adhirieron a fórmulas comprobadas y rehuyeron el aventura.
Web3 ha entregado paso a una nueva era en la que los fanáticos no son solo consumidores pasivos sino participantes activos. A través de la propiedad de tokens, los fanáticos pueden influir directamente e interactuar con sus queridas franquicias.
La flamante empresa de Toonstar, el software de televisión animado respaldado por NFT “Space Junk”, ejemplifica este nuevo e renovador enfoque de entretenimiento. Los titulares de NFT están comprometidos con la propiedad intelectual (IP) del esquema mediante la construcción de la novelística del software, la creación de personajes y la décimo en experiencias exclusivas para titulares de fichas.
La propiedad de tokens NFT no es simplemente una insignia de honor digital para los fanáticos; es una vía para que los creadores exploren formas innovadoras de monetización. Este maniquí ofrece una propuesta de valencia única para los fanáticos y abre fuentes de ingresos adicionales para los creadores. El “caracolillo de feedback” íntimo forjado a través de la propiedad del token reduce el aventura de proyectos fallidos a medida que los creadores obtienen información valiosa sobre las preferencias de la audiencia. Esto hace que sea más viable navegar por el panorama creativo, comprender lo que los fanáticos aman y odian y, en última instancia, aumenta sus posibilidades de éxito.
Personalización del contenido
Aun así, se está produciendo un cambio significativo en el panorama del consumo de entretenimiento, un cambio que Web3 está en una posición única para topar. Los consumidores, especialmente el conjunto demográfico nativo digital más nuevo, no se contentan con sentarse y consumir lo que se sirve. Desean, y exigen cada vez más, una experiencia más interactiva, personalizada e inmersiva.
Web3 no se comercio solo de introducir una nueva tecnología en el conjunto de herramientas de Hollywood; se comercio de usar esa tecnología para reinventar fundamentalmente la relación entre creadores, consumidores y contenido.
Hollywood se beneficia significativamente de la integración de Web3 en sus operaciones mediante la transición de un maniquí de producción y distribución de contenido único para todos a uno más interactivo, personalizado e impulsado por el consumidor, lo que abre oportunidades innovadoras para la monetización y la décimo de los fanáticos.
Este cambio en torno a Web3 no se comercio de que Hollywood intente empecinarse a su pasado histórico; en cambio, debemos verlo como la industria que asegura su futuro. El cambio es una constante, y ha sido muy prominente en la industria del entretenimiento. A pesar de todo, la industria ha demostrado una capacidad extraordinario para adaptarse y progresar, para tomar la tecnología más nueva del día y usarla para cautivar audiencias en todo el mundo. Hoy, esa tecnología es Web3 y, una vez más, Hollywood se encuentra en la bifurcación del cambio.
Sin requisa, para que este cambio sea significativo y sostenible, la industria debe aceptarlo por completo. No baste con adoptar tecnologías Web3; deben estar dispuestos a escuchar y adaptarse a las preferencias cambiantes de su audiencia. La promesa de Web3 no está simplemente en su novedad tecnológica, sino en su capacidad para cerrar la brecha entre creadores y consumidores para proporcionar una experiencia de entretenimiento más interactiva, atractiva y personal.
Hollywood, más que nunca, necesita atender este llamado.