El caso de Ripple expone que la prueba de Howey es errática para evaluar proyectos de criptomonedas.
Es posible que la triunfo de Ripple sea temporal y que pierda en caso de que la SEC apele.
A la luz de los acontecimientos, Ripple Labs obtuvo una triunfo parcial en la batalla reglamentario que libra contra la Comisión de Bolsa y Títulos (SEC) de Estados Unidos y el razón que se lleva a parte para determinar si el token XRP es un título valía (Security) o un producto elemental (commodity).
Según la osadía de la jueza Analisa Torres, del Distrito Sur de Nueva York, el token XRP, emitido por Ripple fue un título valía al ser vendido a inversionistas institucionales y a capitalistas de peligro; y, por lo tanto, fue comerciado de modo ilegal oportuno a que no estaba registrado.
Por otro costado, la orden emitida este 13 de julio por la jueza incluso se refiere a las ventas “programáticas”, que es el comercio del token XRP en el mercado secundario, es aseverar en exchanges, ventas directas o cuando fue usado para avalar a empleados.
Según el tribunal, en esos casos de ventas minoristas, el criptoactivo de Ripple no puede ser considerado un título valía, y por consiguiente no queda bajo la supervisión de la SEC.
En ese sentido, se entiende que, hasta esta etapa del razón, Ripple no ha obtenido ninguna triunfo definitiva, aunque siquiera ha perdido. Simplemente se anotó una conquista en una escalón importante de un altercado que podría estar acullá de terminar.
De hecho, la jueza federal de distrito lo deja claro cuando señala, en la presentación del jueves, que el tribunal programará un razón para tratar los asuntos que no se respondieron en el razón sumario.
Y mientras llega el momento en el que se define la ulterior etapa, muchos miembros del ecosistema de las criptomonedas están tratando de entender ¿cómo es que un token puede ser considerado un título valía… solo a veces?
David Barrera, un participante activo del ecosistema de las criptomonedas, cataloga como “extraño” el parecer del tribunal sobre el caso de Ripple. “La jueza Torres intentó dividir al bebé de una modo que no deja satisfecho a nadie”, agrega.
Con ello, Barrera se refiere al hecho de que el parecer que el tribunal emitió el pasado jueves no parece tener ningún impacto significativo en la organización de “recurrir para regular” que, hasta ahora, sigue la SEC.
Probablemente el punto primordial del asunto es que el organismo regulador se maestro por la prueba de Howey para determinar si los activos digitales se ofrecen y venden como un entendimiento de inversión, con lo cual entrarían en la clasificación de valía financiero.
Según esta Prueba, surgida en 1946, es aseverar, hace 77 abriles, un criptoactivo es un valía financiero si cumple los siguientes criterios: hay una inversión de pasta, forma parte de una empresa global y existe una expectativa regular de ganancias derivadas de los esfuerzos de otros.
En ese sentido, al evaluar las ventas institucionales de Ripple, el tribunal evaluó la prueba de Howey en su parecer de la ulterior modo:
Óptica uno: sobre la existencia de una inversión de pasta, el tribunal señala que “los demandados no discuten que hubo un cuota de pasta; la Corte encuentra, por lo tanto, que este factor ha sido establecido”.
Óptica dos: sobre la existencia de una empresa global, el tribunal señaló que sí la hubo porque “el expediente demuestra que había una combinación de activos y que las fortunas de los compradores institucionales estaban ligadas al éxito de la empresa, así como al éxito de otros compradores institucionales”.
Óptica tres: sobre la existencia de una expectativa regular de ganancias derivadas de los esfuerzos de otros el tribunal apuntó que las ventas institucionales de Ripple llevó a los compradores a tener “una expectativa regular de ganancias derivadas de los esfuerzos empresariales o gerenciales de otros».
«Basándose en la totalidad de las circunstancias, el Tribunal determina que los inversores razonables, situados en la posición de los compradores institucionales, habrían comprado XRP con la expectativa de obtener beneficios de los esfuerzos de Ripple. En cada caso en que los demandados ofrecieron o vendieron XRP como un entendimiento de inversión, existió un entendimiento”.
Dictamen del árbitro en el razón sumario del jueves 13 de julio.
No hay una triunfo cantada para Ripple mientras el altercado esté acullá de terminar
Como lo informó CriptoNoticias con prioridad, la prueba de Howey no aplica para todos los casos, aunque la SEC insiste en usarla como maestro para comprobar que la mayoría de los criptoactivos, sin incluir a bitcoin y ether, son títulos financieros y deben ser regulados como tales.
La postura de la SEC aplica principalmente para la mayoría de los tokens provenientes de las ICO (ofertas iniciales de moneda), pero la prueba de Howey no es totalmente convincente para catalogar a los tokens como títulos o no. Sobre todo, frente a las diferentes posturas que tienen otras agencias federales de Estados Unidos.
El caso de Ripple subraya los límites de la prueba de Howey para clasificar a los criptoactivos como títulos valía o no, sobre todo porque la SEC ya tiene establecido que todos los tokens son títulos.
La prueba de Howey dice, en extracto que, un entendimiento o esquema que involucra la inversión de pasta en una empresa global -con una expectativa regular de ganancias que surjan de los esfuerzos empresariales o gerenciales de otros- es un acto judicial.
Este tipo de entendimiento se conoce como “entendimiento de inversión” y, según la Ley Federal de Títulos de 1933, se regula exactamente de la misma modo que un valía.
Sin incautación, sobre las ventas programáticas de XRP por parte de Ripple, el tribunal determinó que, “los compradores programáticos no podrían suceder sabido si sus pagos de pasta fueron a Ripple o a cualquier otro tendero de XRP”. Y añade que «un comprador programático estaba en los mismos zapatos que un comprador del mercado secundario que no sabe a quién estaba pagando su pasta”.
El tribunal agregó que “los compradores programáticos adquirieron XRP con la expectativa de obtener ganancias, pero no derivaron esa expectativa de los esfuerzos de Ripple, particularmente porque nadie de estos compradores sabía que estaban adquiriendo XRP de Ripple».
Pero en sí, el caso de Ripple no brinda claridad regulatoria o reglamentario para los numerosos otros problemas regulatorios por los que navega el ecosistema de las criptomonedas en Estados Unidos. Frente a estas lagunas, es probable que la SEC apele la osadía de la jueza, y de ser así, quedaría claro que la batalla reglamentario entre Ripple y la SEC estaría penas comenzando.